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la tercera cruzada
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La tercera cruzada fue, tal como la primera y segunda antes de ella, un movimiento armado originario desde el occidente medieval en busca de la reconquista de la Tierra Santa en el oriente.

Este acontecimiento tuvo lugar desde 1187 hasta 1191. También se le conoce como la Cruzada de los Reyes.

Esta cruzada consta con la participación con los líderes europeos más destacados de la época, como lo fueron Ricardo Corazón de León, Felipe II de Francia y el emperador del Sacro Impero Romano Germánico Federico I Barbarroja.

Gran parte de los eventos que inician está “casi exitosa” cruzada, provienen directamente de la derrota de los cristianos en su campaña anterior. Esta vez, los cristianos se enfrentaban a una amenaza mucho mayor, un frente musulmán unido como nunca antes y una Jerusalén tomada. Aunque los cruzados y hospitalarios no dudaron en acudir al llamado de las armas.

Antecedentes y orígenes de la Tercera Cruzada

Podemos mencionar dos puntos importantes que serían decisivos en el devenir de los acontecimientos que darían origen a la Tercera Cruzada. El primero de ellos es la unificación del frente musulmán, que viene a raíz de la derrota de los cristianos en la Segunda Cruzada.

A causa de esto, los Zengid, terminarían por expandirse y controlar unánimemente a Siria y, no mucho después, las luchas contra los Fatimís los llevarían a tomar el control de Egipto.

Unidos bajo el emperador Saladino, un gran genio militar musulmán, el territorio para entonces controlado por los cruzados en Tierra Santa terminarían por ser rodeados en dos frentes, quedando en desventaja.

Lo segundo sería la toma de Jerusalén por parte de Saladino en 1187, lo que uniría a los sirios bajo la misma bandera, sumando a: Palestina, Mesopotamia, Yemen y Libia.

Al enterarse de la noticia, el papa Urbano III no pudo siquiera reaccionar, murió poco tiempo después, hay quienes cree que por la impresión de perder la Tierra Sagrada.

El sucesor Gregorio VIII terminaría por avivar nuevamente la llamarada de la guerra santa en los cristianos y explotaría el fervor religioso de los mismos, bajo la consigna de que la perdida de la tierra prometida era un castigo del mismísimo Dios.

Estos eventos terminarían por desatar el ánimo en los reyes de occidente, que dejarían de combatir entre sí para ir por la cruz y las armas.

Resumen de la tercera cruzada

La noticia de una tercera cruzada había resonado alrededor de todo el territorio occidental y no pocos fueron los hombres que corrieron a por la espada y la cruz, algunos por las riquezas y por la redención, mientras muchos otros por la gloria de la guerra.

A la llamada respondió rápidamente el rey Felipe II de Francia, Enrique II de Inglaterra y el emperador Federico Barbarroja.

La partida de la cruzada francesa/inglesa se vio retrasada por problemas políticos, hasta que Ricardo Corazón de León y Felipe II derrotan a Enrique II, dejando a Ricardo como nuevo regente de Inglaterra, iniciando casi inmediatamente los preparativos de la marcha armada rumbo a recuperar la Tierra Santa. Esto fue posible gracias a un impuesto especial exigido a los pobladores de las distintas regiones.

A partir de entonces, la cruzada sucede en paralelo desde dos puntos principales:

La cruzada de Federico Barbarroja:

El ya bastante mayor gobernante del Sacro Imperio Romano Germánico fue el primer rey de la Europa occidental en marchar hacia Jerusalén.

Su corazón y sus tropas estaban dispuestas y logró reunir a una cantidad enorme de soldados, que, aunque varía según cada cronista, se suele posicionar entre 60 000 y 100 000 soldados. A esta gran marcha armada, demasiado grande para ser transportada por barco, se le unen 3 000 soldados húngaros, siendo la primera participación activa de este grupo en las cruzadas.

A pesar de que el imperio bizantino pacto un acuerdo con Saladino para impedir el paso de las tropas hacia el Asia Menor, pronto los alemanes se encontrarían tomando Konya. Lamentablemente, poco después de esta conquista, Federico Barbarroja se ahoga al cruzar el río Saleph el 10 de junio de 1190.

A pesar de que las tropas logran llegar hasta Antioquía casi intactas, el ejército termina separándose por completo, producto de la desmoralización que supuso la muerte de su rey. Hay quienes dicen que esta fue la razón de que la tercera cruzada no consiguiera todos sus objetivos.

La cruzada de Ricardo I y Flipe II:

Una vez que las cosas en Inglaterra se encuentran “resueltas”, el recién coronado Ricardo I Corazón de León parte junto con su nuevo aliado Felipe II de Francia.

Un año después los preparativos ya estaban listos y ambos regentes se encontraban juntos en Marsella y viajan posteriormente a Sicilia. En este momento se dividen, partiendo Felipe II primero por barco, alrededor del 30 de marzo de 1191. Poco después de llegar a Tiro, iniciando el sitio a Acre un mes después.

Por su parte, Ricardo se ve retrasado en su viaje y apenas logra partir en mayo de Sicilia, transportando sus tropas en barco, aunque una tormenta los retrasa y les deja varados cerca de Chipre.

Una parte curiosa de esta cruzada fue lo que sucedió poco después. Las riquezas que transportaban estos barcos fueron incautadas por Isaac Ducas, quien era el rey de la isla para entonces. Ricardo Corazón de León solicita de regreso sus bienes y le pide ayuda para la cruzada.

Luego de prometer enviar 500 soldados y regresar las posesiones a Ricardo, Isaac viaja a su fortaleza. Una vez ahí cambia de opinión y ordena a sus soldados sacar a Ricardo, quien por su arrogancia decide conquistar sus tierras, lo que consiguió en poco tiempo. Reuniéndose el 7 de junio al sitio en Acre.

Cumbre de la cruzada:

Para este punto, las cruzadas ya se encontraban juntos todos los contingentes, incluyendo los restos del ejército de Barbarroja comandados por Leopoldo V de Austria.

Juntos colaboraron en la toma de Acre, campaña que se logró el 12 de junio de 1191. Las tornas de la batalla cambiaron gracias al interés de Ricardo I en las armas de asedio.

Conflictos internos entre los bandos luego de los sucesos en Acre terminaron por separar a los ejércitos de occidente por completo.

Por un lado, Ricardo decidió no reconocer los aportes de los restos del ejército alemán, lo que para ellos resultó un insulto y deciden marcharse.  En lo que respecta a Felipe II, estos discuten por la sucesión de la ciudad de Acre, al no llegar a un acuerdo por el candidato, Felipe abandona la cruzada.

Parte importante de esta etapa fueron los 3 000 soldados musulmanes degollados frente a Acre. Resulta que las tropas de Saladino hicieron presencia a las cercanías de la ciudad y Ricardo quiso negociar por los prisioneros, pero al no recibir iniciativa por parte de Saladino, este ordena la ejecución de los mismos al frente de la ciudad.

Luego de tomar Acre, el siguiente objetivo sería la ciudad de Jaffa la cual sería estratégica para el ataque a Jerusalén, pero a medio camino las tropas de Ricardo son atacadas por Saladino. Una inteligente apreciación de su estrategia, haría que Ricardo tendiera una contra emboscada al hasta entonces invicto Saladino, derrotándolo en un ataque cruzado entre Caballeros Hospitalarios, Templarios y el ejército de caballería raso.

Final de la tercera cruzada

A pesar de que la ciudad de Jaffa se hizo el centro de mando de Ricardo I, pocos días después fue reconquistada por Saladino en un ataque sorpresa. Esto no sería un revés demasiado grande, ya que Ricardo la recuperaría nuevamente casi sin esfuerzo.

Nuevamente, Saladino y Ricardo se enfrentan el 5 de agosto de 1192, resultando nuevamente Ricardo vencedor y coronándose como un gran estratega militar.

Lamentablemente, las tropas de Ricardo estaban diezmadas y a sabiendas de que no recibiría refuerzos, se inician negociaciones con Saladino quien se replanteaba la idea de seguir combatiendo por el costo de las vidas que esto traería.

Motivado además por complicadas movidas políticas en occidente, se firma un tratado de paz entre Saladino y Ricardo Corazón de León, en el que los musulmanes permitirían el paso de los cristianos que peregrinaban a los lugares santos mientras ellos controlaran la ciudad.

Los cristianos se quedarían con las ciudades ya conquistadas y acordarían detener las hostilidades en la zona mientras ambos bandos conservaran los términos, un mes después ya Ricardo se encontraba abandonando la Tierra santa rumbo Inglaterra y se declara el fin de la tercera cruzada el 8 de septiembre de 1192.

Consecuencias de la Tercera Cruzada

Gran parte de las consecuencias de la tercera cruzada no se diferencian mucho de sus predecesoras. Aparte de la gran cantidad de vidas de ambos bandos, sacrificadas por un objetivo aparentemente religioso y las ganancias obtenidas en los saqueos de las ciudades y poblados en toda la región, no hay gran cosa que registrar.

Producto de los movimientos políticos y las disputas internas entre los reyes occidentales, menos de 7 años después el caballero medieval Ricardo I Corazón de León había muerto. Igualmente, Saladino, quien falleció un año después de la cruzada.

Los bandos cristianos quedaron más divididos que nunca y se abrió la duda, de si estas cruzadas tenían objetivos más financieros que religiosos, o si no ¿Por qué se contentaría la iglesia con la toma de la franja comercial y abandonaría la prédica bélica antes de conquistar Jerusalén?

El descontento de este éxito a medias llevaría poco tiempo después a la formación de la siguiente gran cruzada.

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