Si hablamos de las órdenes militares con más impacto en la Edad Media, es imposible que se continúen las menciones sin incluir a la Orden de Santiago. Hermandad dedicada a la protección y a la propagación de la fe cristiana en la península ibérica, más específicamente en Cáceres y Albuquerque (España).
De grandes rasgos honoríficos, pocas órdenes militares rendían tanta importancia a la disciplina y a la caballerosidad como la de Santiago, siendo su originalmente formada por caballeros de cuna, a quienes se le sumaron con el tiempo monjes disciplinados en busca de la defensa de su fe, motivados por el conflicto con los almohades.
Origen de la Orden de Santiago
Existe mucha controversia con respecto al origen de la Orden, ya que, historiadores se remontan a los acontecimientos que siguieron la batalla de Clavijo, donde trece caballeros pidieron al Rey Don Ramiro I bendición su bendición para forjar una orden de caballería.
Pero, realmente, las pruebas históricas de este hecho no son concluyentes, o al menos no lo suficiente para rebatir que el verdadero origen de la Orden de Santiago data de 1170, cuando quien fuera Rey Fernando II otorgara a D. Pedro Fernández la ciudad de Cáceres luego de su reconquista, quien decide formar una movilización de caballeros para la defensa de la zona contra el avance almohades.
No fue hasta el año siguiente, en enero de 1171, cuando el Arzobispo de Santiago llamado D. Pedro Gudesteiz diera su aprobación y les concediera el estatus de Orden militar, tomando entonces el nombre de La Orden de Santiago.
Resumen de la historia de la Orden de Santiago
Primero que nada, se debe hacer una aclaratoria impórtate en cuanto al impacto que la Orden de Santiago tuvo en el desarrollo del conflicto en la Edad Media, ya que muchos historiadores señalan que esta se dedicaba inicialmente a proteger a los peregrinos de Santiago de Compostela de los atacantes.
Pero, realmente, este no era el cometido principal de esta Orden, si bien como se estableció en su fundación, la razón de ser de este grupo de caballeros medievales fue la defensa de su fe y combatir la propagación del islam, apoyando los objetivos de la santa cruz desde Cáceres.
Aunque no se puede negar que, en ocasiones, la Orden de Santiago si cumplía papeles importantes en el cuidado de los peregrinos, como, por ejemplo, el mantenimiento y atención de hospitales de los que estos se beneficiaban.
Luego de su ratificación papal, en la Bula del Papa Alejandro III el 5 de junio de 1175, la Orden de Santiago estuvo en la mayoría de las batallas por la reconquista alrededor de todo el territorio, consiguiendo menciones honoríficas en:
- Toma de la ciudad de cuenca en 1177
- Reconquista de Teruel
- Reconquista de Castellón
- Batalla de las Navas de Tolosa
- Toma de Jerez de la Frontera
- Conquista de Córdoba
- Reconquista de Sevilla
- Conquista de Algeciras
Es importante mencionar que el crecimiento de esta orden en la Edad Media fue considerable, la razón de esto radicaba en las peculiaridades de sus votos.
La participación de la orden en batalla los hizo ganarse muchos terrenos mientras los fieles seguían uniéndose a su causa, llegando a tener más posesiones que las órdenes de Alcántara y Calatrava juntas.
Caballeros de la orden de Santiago
Los caballeros de la orden de Santiago han cambiado en cuanto a sus costumbres desde la Edad Media hasta hoy día, ya que esta continúa en funcionamiento, pero con fines diferentes.
Los Caballeros de la Orden de Santiago en la Edad Media
Dentro de las filas de la Orden de Santiago se podía apreciar un equilibrio dual en cuanto a las personalidades, puesto que esta no era estrictamente militar y dedicaba gran parte de sus recursos al mantenimiento de hospitales y ayuda en protección de los inocentes.
Por esta razón era común encontrar cierto grado de servilidad en los caballeros, además estos debían cumplir una serie ominosa de requisitos.
La iniciación de los Caballeros
Entre las cualidades que se debían tener en la Edad Media para ser un caballero de la Orden de Santiago estaban, por ejemplo, no tener descendencia judía, pagana o musulmán alguna, ni siquiera remota. Sus apellidos debían ser verificados, por lo que se era necesario ser español de casta y la familia debía tener una posición cómoda, ininterrumpida.
Por esta razón, la mayoría de los caballeros de esta orden venían de familias adineradas y de posición poderosa, lo que le concedió un estatus importante, aunque se podía pertenecer a la orden sin ser caballero.
Un punto importante en cuanto a los caballeros es que estos se regían por la Regla de San Agustín, la cual, en comparación con el resto de Órdenes, era mucho más permisiva y flexible, permitiéndoles a los caballeros casarse.
Los Caballeros de la orden de Santiago actualmente
Los caballeros de la Orden de Santiago actualmente se dedican al culto y como eminentes representantes de la fe, aunque ya no mantienen el entrenamiento de armas y su mención es más honorífica y de seguimiento personal.
Parte de los miembros de la orden realizan actividades socio benéficas, con el fin de aportar al desarrollo en su camino de fe hospitalaria. Ayudan en los refugios de los peregrinos, en los hospitales de la orden y en la propagación y mantenimiento de la historia.
Orden de Santiago hoy
La Orden de Santiago se mantiene hoy en día firme a sus principios constituyentes, dedicada a la defensa de la fe cristiana, apoyando además las actividades con fines sociales y de apoyo humanitario, formando parte del Real Consejo de Ordenes en España.
Cómo ser caballero de la orden de Santiago
Para formar parte de la orden actualmente no es tan complicado como antes lo era, simplemente basta con hacer la solicitud directamente con la organización y realizar los votos de apego religioso al catolicismo y obediencia a la hermandad. Los votos actuales son mucho más flexibles.
Y el título de caballero únicamente se otorga en condiciones meramente especiales.
Por alguna razón me siento atraído por esta Orden…
La Orden de Santiago es una eminente histórica, con una tradición rica en detalles y curiosidades fascinantes, que aún arrastra gran parte de sus glorias pasadas. Una buena elección Rodolfo.