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Entre las órdenes militares singulares de todas tenemos a la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama. La razón de esto reside en sus objetivos estratégicos para con la corona de aquel entonces y la forma que tenían para su expansión.

La Orden de Montesa, clave para la recuperación y reconquista de España y de gran impacto en la reconstitución del cristianismo en Europa, tiene una fama y mención honorífica que data del siglo XIV y que se mantiene incluso hoy día.

Origen

La Orden de Montesa ve su origen en 1317 cuando, habiéndose extinto la Orden del Temple, por acusaciones de herejía hacia la corona y el pueblo que juraron proteger, algo muy grave para la época.

Es entonces cuando el rey D. Jaime II de Aragón se preocupa por los bienes de estos que quedaron en Valencia.

Con la idea de que los recursos que la iglesia no habían distribuido aun terminaran en manos inconvenientes para él, como en la Orden del Hospital, por ejemplo, además de estar interesado en poseer una orden militar netamente aragonesa por motivos estratégicos, se dirige al papa para hacer la solicitud de esta nueva Orden.

Luego de algunas trabas, el tiempo juega a favor de Aragón y este consigue formar la orden militar cediendo el castillo y la villa de Montesa, para entonces pertenecientes a la corona.

22 de julio de 1319, es el mismísimo rey Jaime II en el palacio real de Barcelona quien auspicia la ceremonia donde se le da formalidad a la Orden Militar, teniendo a Guillermo de Eril como el primer gran maestre de la Orden de Montesa.

Resumen histórico

La Orden de Montesa ya en 1323 había cambiado de Maestre a un miembro de confianza de la corona y aprobado por la iglesia.

Estaba lista entonces para apoyar al rey con hombres e incluso dinero en diferentes empresas, obteniendo a cambio privilegios por todo el territorio.

Tiempo después, destaca enormemente la absorción de la, para entonces quebrada, Orden de San Jorge de Alfama, quedando vinculadas de por vida en la Bula del 24 de enero de 1400, cambiando para siempre su emblema, pero manteniendo la disciplina de Cister y la Regla de san Benito.

Desde 1410 a 1410 la Orden se vio involucrada en las campañas de Italia al lado del Rey Alfonso V. Dichas campañas mucho, pero gracias a su participación la orden pudo entregarle el dominio en Nápoles a la corona aragonesa.

Ya en 1492 en el ocaso de la Edad Medieval, las gestas militares ven su fin en España, al menos para las Ordenes de Caballería, en contra de los ejércitos musulmanes.

En 1748, ya extinta la Edad Media y solo como dato curioso, destaca la catástrofe que en forma de terremoto destruyó el convento de Montesa, donde murieron casi todos sus habitantes. Pasando la Orden entonces a morar en Valencia, hasta el fin de la independencia de las órdenes religiosas.

Escudo o símbolo de la Orden de Montesa

El escudo o símbolo de la Orden de Montesa en principio era la Cruz Roja sin flores, junto con el Manto capitular de color blanco, que fue aprobado por Clemente VII en 1397.

Aunque este sello no acompañaría por siempre a la Orden, ya que, en 1400, al integrarse otra orden a sus filas, pasarían a lucir la cruz de gules de centro rojo bajo la que se reconoce hoy día.

Caballeros de Montesa

Antes de 1393 la Orden de Montesa tenía guerreros armados, pero Caballería medieval propiamente dicha. Esto cambia cuando Aragón recibe aprobación a su solicitud de permitir la incorporación de caballeros reales a la Orden.

A partir de este momento comienzan a existir los Caballeros de Montesa, quienes debían tener ratificados sus dos apellidos principales y la pureza de su sangre, además de apegarse estrictamente al código de la caballería medieval.

Como dato adicional se sabe que los caballeros, al igual que los monjes, quienes conformaban la otra cara de la orden militar, debían mantener los votos de: Pobreza, castidad y obediencia.

Aunque el voto de castidad dejo de existir 1558 a partir de cuándo se les deja a los caballeros de Montesa casarse.

Grandes maestres de la orden de Montesa

Los Grandes maestres de la Orden de Montesa desde su fundación hasta el día de hoy han sido:

  • Alberto de Thous (1374-1382)
  • Arnaldo de Soler (1319-1327)
  • Berenguer March (1382-1409)
  • Felipe de Aragón y Navarra (1484-1488)
  • Felipe Vivas de Cañamanes y Boll (1482-1484)
  • Felipe Vivas de Cañamanes y Boll (1488-1492)
  • Francisco Bernardo Despuig (1506-1537)
  • Francisco Llansol de Romaní (1537-1544)
  • Francisco Sanz (1493-1506)
  • Gilaberto de Monsavin (1445-1453)
  • Guillermo de Eril (1317-1319)
  • Luis Despuig (1453-1482)
  • Pedro de Thous (1327-1374)
  • Pedro Luis Garcerán de Borja (1545-1587)
  • Reyes de España (1587 hasta hoy día)
  • Romeo de Corbera (1410-1445)

La orden de Montesa hoy

La Orden de Montesa hoy día tiene un papel más honorífico y nobiliario que militar, al igual que el resto de las órdenes militares que permanecen aún en activo. Participan de manera activa en campañas de origen benéfico, en la propagación y defensa de la fe cristiana, en el mantenimiento y asistencia de las pocas construcciones de la Orden.

Actualmente, la Orden de Montesa posee 54 caballeros confirmados. Número que puede variar para el momento de lectura de este artículo.

Requisitos para ingresar en la orden de Montesa

Para ingresar en la Orden de Montesa se debe:

  • Demostrar que sus dos primeros apellidos son de descendencia pura española
  • Debe poseer los apellidos por honor de nacimiento y no por privilegio
  • Sus padres y abuelos deben tener una línea sanguina definida
  • No haber practicado ningún tipo de actividad escribana, de trabajo público o manufactura
  • No se puede tener descendencia judía, Moro, hereje o converso ante los ojos de la fe cristiana
  •  No debe tener tachas familiares de acusación legal o antecedentes penales, al igual que sus padres y abuelos
  • No puede haber caído en actos indecoros, heréticos o impuros
  • No haber cometido acto alguno ante los ojos de la fe cristiana
  • No debe haber faltado a las leyes de honor

Si bien la mención del caballero actualmente es más de oficio nobiliario y no realmente una permisibilidad militar, los requisitos para unirse a la orden siguen siendo bastante estrictos, tal como lo fueron durante la Edad Media.

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